Y quién se acuesta con quién…

Bueno, pues no seamos hipócritas llegados a este punto, y no dejemos de admitir que, sea por la razón que sea, la vida sexual de los demás siempre nos parece un tema bastante interesante. Ya sea porque la nuestra es un desastre, porque la nuestra es muy buena y queremos que la de todos los demás lo sea (suena raro, somos seres envidiosos y rastreros por naturaleza y nos gusta la miseria ajena, pero quién sabe…), porque nuestro día a día es aburrido o porque es ahí donde se producen los chismorreos más jugosos. Como sea, sexo, critiqueo y diversión están unidos por lazos indisolubles, esa es la verdad.

Ahora bien, ¿nos interesa la de todas las personas por igual? Yo creo que no es así, a mí realmente no me da ninguna curiosidad ver a una pareja joven morreándose en el parque o en medio de la calle, están en la edad y hacen bien a mi entender. Y creo que la gran mayoría de las cotillas de la humanidad prefieren que esos actos sexuales vayan acompañados de algún tipo de morbo, porque si no el hablar de ello se pierde rápido, sin ningún hilo de dónde tirar. Por eso, para mí claramente las personas más atractivas para criticar son las maduras porno, esas que o bien no follan nada, o follan bastante, o follan con quien no deberían (de largo, estas son las más atrayentes, jeje). Porque cuando una es una mujer mayor, y sabe muy bien lo que quiere con respecto al sexo, su vida se vuelve muy interesante… y los cotilleos sobre ella también.

Bien, y dentro de este grupo que ya hemos acordado es el más interesante, ¿quién se lleva la palma y es carne de marujeo? Bueno, algunos prefieren las solteronas, otros las abuelas, otros algunas familiares que parecen acercarse mucho a las generaciones más jóvenes… Pero mis favoritas son sin duda alguna las casadas infieles. Ya, ya se ve que me gusta el morbo, mezclado con un poco de mala leche, porque hablar de una mujer que le pone los cuernos a su marido es fácil y gratuito, y lo mejor: si ella llega a saberlo, no podrá poner ninguna excusa ni exigirá que se la deje tranquila, pues la primera interesada en esconderlo será ella. Es un poco rastrero, pero las infidelidades matrimoniales son las que más dan que hablar, y si acaso la mujer es reincidente, ¡eso no tiene precio, amigos!

En mi barrio hay algunas de estas casadas descocadas, sin embargo, recuerdo bien la historia de una mujer que tuvo por años al mismo amante; podrían pensar que los cotilleos habrían terminado pasado un tiempo, ya que incluso se estaba seguro de que el marido cornudo estaba enterado de todo. Sin embargo, aquel chisme no acababa nunca, porque llegó el momento en que hasta se exhibían en la calle no sólo la pareja traicionera, sino incluso con el esposo traicionado, para más inri. Realmente una situación dantesca, pero lo bueno es que duró años y años, y aunque llegaron a mudarse del barrio, supimos que seguían en la misma situación, con el matrimonio viviendo juntos y el amante a pocos metros de distancia.

En fin, historias así nunca se terminan, porque aún nos acordamos de ella y tenemos de que hablar. En el marujeo no importa demasiado si los eventos son originales, aunque esta historia lo es; lo importante es saber buscar los detalles y estirarlos hasta el infinito, pero claro, si estos son escabrosos, pues mejor que mejor, jeje. ¡Y luego dicen que la vida de los que se meten en la de los demás está vacía!

Mi sobrina quiere dedicarse a la pornografía

Tengo que reconocer que, cuando una se convierte en objeto de los chismes, ya no es tan divertido como contar lo de los demás; pero bueno, son gajes del oficio. Realmente una no puede pretender hacer todo al gusto de los demás pensando que todos estarán contentos y que no vas a ser objeto de cotilleos, porque eso es poco menos que una misión imposible. Siempre hay algún error que cometer, o que no cometer, para que las garras de las marujas hagan mella en ti también, jeje.

La verdad es que es de esperar que donde las dan las toman, así que ahora mi familia y yo somos la comidilla del barrio, y con familia me refiero a no justamente a la que vive en casa, sino a los ascendientes y hermanos, que por ahí va el asunto. Podríamos decir que toda esta ola de marujeo no tiene nada que ver conmigo y mi núcleo familiar más cercano, pero de cualquier forma es algo que me atañe también. Y es que ya lo venía venir cuando mi hermana me llamó medio llorando y me dijo la nueva aventura de mi sobrina veinteañera: querer dedicarse al porno femenino. Sí, sí, como lo lees: la muchacha quería ser actriz porno, por toda la cara.

Hombre, no es que pertenezcamos a una familia de rancio abolengo ni de esas puritanas que andan por ahí, pero tampoco somos tan modernos. Mis padres tienen ya una edad, vivimos en una ciudad medianamente pequeña donde todos nos conocemos, y me temo que no somos tan liberales como deberíamos ser, en especial mi hermana, unos años mayor que yo y, no sé por qué, mucho más carca. Tengo que decir que así de plano tampoco me hace ilusión eso de ver chicas fornicando delante de una cámara para que después sea de dominio público, y que una de esas chicas sea mi sobrina en este caso, o cualquier otra mujer de mi familia. Pero tampoco vi en un principio un gran problema, ya que desde hace tiempo se la veía venir: empezó haciendo videos caseros en todas las reuniones familiares queriendo ser siempre la protagonista, luego se dedicó a subirlos a internet a diferentes sitios, y el paso siguiente, el cual no sabíamos pero se podía adivinar, es que empezaron a ser de contenido sexual, y ahora que lo sabemos hemos descubierto que incluso se ha hecho un nombre como webcamer amateur, ¿te lo puedes creer?

Lo peor del caso es que a una de sus hermanas se le ocurrió comentar el drama familiar entre sus amigos, y de ahí a sus padres, a sus vecinos y demás lugareños casi no hubo transición. Ahora, casi todos los habitantes de la ciudad saben que tengo una sobrina que es actriz porno, aunque la chica sólo lo haya decidido hace unos días y esté en trámites presentándose a castings xxx y esas cosas. Entre mi cuñado que amenaza con echarla de casa, mi hermana que casi quiere echarla de la familia, y las generaciones más jóvenes que están muy orgullosos de contar la ocupación tan «chula» que tiene «la prima», la verdad es que no quiero ni pensar en lo que la chica estará pasando. Por suerte, ella no vive aquí, sino en la capital donde estudia y quiere forjarse ese futuro como estrella del porno. Puestas así las cosas, espero que tarde mucho en venir y no tenga que soportar miradas y critiqueos, aunque parece que la propia familia ya tiene bastante qué decir, y no es nada bueno.

Como digo, mal asunto ser una o alguien muy cercano el objetivo del marujeo… Pero oye, no creo que por eso vaya a perder el gusto de hacerlo.

Un mundo de dimes y diretes

Hola, soy Pepita, una de esas «marujas» en todo el sentido de la palabra, que parecen vivir para y por el cotilleo.

Con esta presentación, soy consciente de que estoy echando para atrás a mucha gente que se encuentre mi blog por casualidad… o no. Déjame decirte que las de mi especie no somos ni tan extrañas, ni tan ajenas, ni tan escasas, y que muchos de los que se hacen los desentendidos, en realidad, acaban recurriendo siempre a alguna de nosotras, porque no tienen el tiempo ni la habilidad para obtener información por ellos mismos. Puede que de boca para afuera se hagan los interesantes y se crean seres superiores más allá de chismes y critiqueos, pero créeme, al final caen como moscas y ponen la oreja a todo lo que tenemos que decir.

No es un secreto que algunas cadenas de televisión, por no decir todas, han hecho un verdadero negocio de esto del marujeo; yo, sin embargo, con toda mi humildad, reconozco que no llego a tanto, aunque desde luego sé contar un montón de cosas sobre mis conocidos y cercanos, y sin duda de muchos de esos famosos que dan pie a sus propios rumores y cotilleos (no hay duda de que han hecho de ello una forma de ganarse la vida). Todavía tengo un trabajo, una casa, y múltiples responsabilidades que no me dan tanto tiempo como quisiera para dedicarlo a mi pasatiempo favorito, pero vamos, lo voy intentando.

Tengo que decir que soy apegada al cotilleo, no al critiqueo, que son dos conceptos totalmente diferente, como he aprendido con el paso del tiempo. Mi afición es puramente informativa, no está en mi naturaleza el tener opinión sobre lo que hacen los demás con sus vidas; sólo me interesa el qué, puede que también el por qué si me pica la curiosidad lo suficiente, pero nunca acabo haciendo elucubraciones absurdas ni añadiendo la coletilla: «si yo estuviera en su lugar…». Nunca estamos en el lugar de nadie, incluso si las circunstancias son las mismas las personas somos diferentes, y cada una con nuestros fallos y carencias. ¿Quienes somos para juzgar a los demás en la forma de vivir sus vidas?

Sin embargo, quiero darle a este blog de marujeo un giro más educativo, y concentrarme en ciertas curiosidades de la vida de otras personas, famosas en la gran mayoría, pero no por lo que yo voy a contar. Puede que esto llame la atención o no, pero créeme, seguro nos vamos a divertir… si es que sólo también te interesa el qué, y siempre con un toque de humor.